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Diez predicciones para la industria de los medios

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pexels

22 de Febrero de 2022

22 de febrero de 2022

¿Cuáles serán las mayores transformaciones de la industria? ¿Cómo afectarán la vida pública? ¿Es posible ser optimista? Estas fueron algunas de las preguntas planteadas por la revista Politico –a propósito de su quinceavo aniversario– a varios especialistas sobre lo que les espera a los medios de información en los próximos quince años. 

A continuación, los diez pronósticos más interesantes reunidos por Politico:

 

1. Un flujo ineludible de contenido

Nicolas Carr, autor del icónico libro «The Glass Cage», afirma que el flujo de información solo se volverá más rápido y más discordante en los próximos años. 

Para Carr, a medida que se disuelven las distinciones tradicionales entre diferentes formas de información, la política no solo se convierte en una forma de entretenimiento, sino que el entretenimiento se convierte en una forma de política. Nuestras elecciones sobre lo que vemos, leemos y escuchamos, que se muestran a través de nuestros perfiles y publicaciones en línea, se convierten en declaraciones sobre nosotros mismos y nuestras creencias.

En este contexto, los algoritmos de empresas como Meta, Google y Twitter convierten nuestras elecciones pasadas en la plantilla para decidir qué información recibiremos en el futuro. “Cada uno de nosotros queda atrapado en nuestro propio ciclo de retroalimentación autodefinido. El sesgo se amplifica, el contexto se pierde”.

Por este motivo, Carr vaticina que “dentro de quince años, en enero de 2037, los medios serán aún más ineludibles. Se habrá convertido en una superposición permanente e ininterrumpida de la realidad, una ventana deformada a través de la cual vemos el mundo”.

 

2. La búsqueda del periodismo de soluciones

Richard Prince, un veterano periodista, afirma los intentos de pronosticar el futuro son arriesgados, pero se atreve a sostener que el periodismo se acercará cada vez más a ser parte de la solución.

A pesar de que varios fenómenos se posan como amenazas al futuro de los medios (como el aumento de los desiertos de información y la fragmentación de las audiencias de noticias por su ideología), Prince considera que hay espacio para ser optimistas. En su opinión, los consumidores de noticias quieren “periodismo de soluciones”. “No solo les cuentes el problema; ¿Qué pueden hacer al respecto?”, dice.

Por eso, Prince afirma que es necesario que los y las periodistas “agudicemos nuestras defensas contra la desinformación”. En ese sentido, recomienda aumentar la investigación, y poner a cargo a aquellos que defienden los intereses de aquellos que han estado desaparecidos o marginados. 

 

3. Más equidad

El periodismo de calidad no siempre llega a quienes más lo necesitan, especialmente a las personas negras, morenas y de bajos ingresos. Esta es una realidad para Akoto Oori-Atta y Lauren Williams, cofundadores de Capital B (una organización de noticias local y nacional sin fines de lucro que sirve a audiencias negras en Estados Unidos). 

Ambas consideran que ha llegado la hora de que el periodismo cumpla con estándares más equitativos. “Creemos que los próximos 15 años marcarán el comienzo de una nueva era para la industria”, sostienen. 

Y citan algunos ejemplos que, en su opinión, demuestran que la industria está avanzando en ese sentido. En Chicago, el City Bureau está reclutando, capacitando y trabajando junto con miembros de comunidades marginales para producir periodismo local de calidad. En Detroit, cualquier ciudadano puede enviar un mensaje de texto a un reportero de Outlier Media y obtener periodismo de servicio. Por otro lado, Resolve Philly es un centro de periodismo colaborativo pionero en nuevas prácticas para el periodismo equitativo que comparte las lecciones que aprenden con sus pares de la industria.

Adicionalmente, pequeños donantes están apoyando las salas de redacción sin fines de lucro en niveles nunca antes vistos. Y la idea de que el periodismo es un bien público necesario para una democracia saludable está ganando terreno, impulsando la creación de políticas públicas que refuerzan el apoyo financiero a las noticias locales.

 

4. La dominación de la televisión desaparece

Según las proyecciones de la Oficina del Censo de Estados Unidos, entre 2022 y 2037, morirán alrededor de 23 millones de baby boomers, casi exactamente un tercio de la cohorte total. Tom Scocca, editor y propietario de Indignity, se apoya en este dato para sostener que la televisión en general, y las noticias por cable en particular perderán su hegemonía actual.

Para Scocca, la generación que ha disfrutado de un dominio sofocante sobre la cultura y la economía desde mediados del siglo XX “se derretirá como un glaciar que se calienta”. Es decir, los medios que asumen que los televidentes siempre están absorbiendo pasivamente la información tienen sus horas contadas.

Así las cosas, el consumo de video totalmente fragmentado será el orden natural de las cosas. En todos los medios, “el peso de inercia de la última audiencia masiva (y las manos codiciosas de los magnates que tomaron el control desde jóvenes y nunca lo soltaron) se levantará repentinamente”. 

 

5. Las grandes empresas tecnológicas llegan a un acuerdo con el gobierno

“Los últimos 15 años se han caracterizado principalmente por la falta de voluntad de los legisladores y reguladores para intervenir en el flujo de información a través de Internet. Creo que los próximos 15 verán lo contrario”, le dijo a Politico Tim Hwag, escritor, investigador y autor de “Subprime Attention Crisis”, un libro sobre la burbuja publicitaria en línea. De acuerdo con Hwag, veremos una gran expansión en el grado de participación del gobierno en el diseño de plataformas, así como en la organización industrial de las grandes empresas tecnológicas. 

En este escenario, los pilares de las políticas que han regido el Internet serán revisados significativamente. “La multiplicación de leyes de privacidad a nivel estatal, como la Ley de Derechos de Privacidad de California, creará presión para finalmente establecer una ley federal”, sostiene el experto. Y, en este escenario, es posible que las principales plataformas acepten una asociación con los reguladores gubernamentales a cambio de consolidar legalmente su liderazgo en el mercado. “Todo esto tendrá un gran impacto en los medios de información y en el flujo de información en la sociedad en general”.

Y agrega: “una cosa que estoy observando es una explosión en el número y la influencia de comunidades en línea cerradas y canales de contenido en nuestro panorama de medios: el resultado de plataformas públicas establecidas que se regulan, filtran y consolidan cada vez más”.

 

6. Las noticias van más hacia el entretenimiento

Colbert I. King, un columnista del Washington Post ganador del Premio Pulitzer, cree que ya es bastante difícil determinar con certeza cómo se verá el panorama de los medios dentro de unos meses como para pensar cómo será dentro de 15 años. Pero, aún así, King se anima a afirmar que los medios están en camino de convertirse en un pilar en la industria del entretenimiento.

Su predicción surge de un análisis de la situación actual de la industria. Para King, los medios de información se han esforzado por encontrar formas de hacer su contenido más interesante para sus audiencias. Hoy, la interacción del público lo es todo para los medios. “Sin ellos, no somos nada”, dice King. 

Adicionalmente, los medios están enfrentando el desafío de aumentar el número de lectores y espectadores; atraer más y más visitas a sus sitios web de noticias; y atraer y retener tráfico para pagar las facturas. Al final, esto los llevará a “convertirse menos transmisores de noticias (con información imparcial y confiable) y más en vendedores ambulantes que promueven productos selectivos para atraer al público consumidor a su lado”.

 

7. Las noticias locales prosperan o mueren

En el mejor de los escenarios, para 2037, una nueva generación de empresarios de noticias locales habrá dejado de intentar hacer de su periódico un producto de Internet y habrá comenzado a servir a sus comunidades y audiencias dondequiera que estén. También se habrán abierto salas de redacción de propiedad local en comunidades negras, latinas, indígenas e inmigrantes en Estados Unidos. También existirán una red vibrante de salas de redacción locales que cubrirán el cambio climático y las comunidades rurales. Y las salas de redacción tradicionales que sobrevivieron a todo finalmente habrán dejado de perseguir clics, y estarán dedicando su energía a ayudar a las personas a comprender su realidad.

Pero para Kristen Hare este no es el único escenario posible. Hare, quien trabaja para el Instituto Poynter donde cubre noticias locales y enseña a los periodistas locales las habilidades críticas que necesitan para adaptarse al cambiante panorama de los medios, considera que también existe una segunda posibilidad. 

En ese segundo escenario, para el 2037, los únicos periódicos que seguirán en producción serán los nacionales. El espacio ocupado por las salas de redacción locales será ocupado en su mayoría por redes nacionales de sitios partidistas que dificultan que las personas sepan de dónde provienen sus noticias y profundizan la polarización al facilitar que se enojen con los “otros”. Las salas de redacción nacionales establecerán oficinas en ciudades de todo el país, pero ese trabajo no se conectará localmente.

¿Qué sucederá? “Llegar al primer escenario o al segundo depende de cuánto valoren las personas e instituciones las noticias locales y quién las elabora, desde los ciudadanos hasta las organizaciones filantrópicas, las instituciones locales, el gobierno federal y las propias noticias nacionales”, dice Hare.

 

8. La división de audiencias

Richard Stengel es exeditor de TIME, exsubsecretario de estado en la administración de Obama y autor de “Information Wars: How We Lost the Battle Against Disinformation and What We Can Do About It”. Para Stengel, el negocio de la información se dividirá en dos amplias categorías según la audiencia: los que tienen y los que no tienen.

Es decir, aquellas personas que “tienen” son los aproximadamente 200 millones de personas con educación universitaria en todo el mundo que tendrán acceso a contenido personalizado y sofisticado que se adapta a sus intereses individuales y que pagarán con suscripciones premium. “Tendrán conserjes de noticias en línea que responderán sus preguntas y crearán gráficos circulares coloridos y tutoriales personalizados”, dice el experto. 

Por otro lado, “los que no tienen”, prácticamente todos los demás, tendrán contenido respaldado por anunciantes, menos sofisticado y que será alimentado por algoritmos basados en emociones y globos oculares. “Y no tendrán acceso a todas las cosas premium, periodismo de primera clase, que estará detrás de los muros de pago”, afirma. “Este último grupo se volverá susceptible a cantidades cada vez mayores de información errónea y desinformación, mientras que los que tienen sobrepasan por encima de todas las noticias basura que la mayoría de los demás están recibiendo”.

Stengel advierte que esta, por supuesto, no es una situación deseable para las democracias. Por eso, defiende los micropagos para acceder a noticias de calidad. “Esa es la única forma en que la mayoría de la gente pagará por las noticias”, sostiene. Y agrega: “si la prensa de calidad, como solía llamarse, solo está sirviendo a las élites globales, entonces toda la Primera Enmienda pierde su significado. Tenemos libertad de prensa para que la prensa pueda proteger nuestra democracia, no para que pueda ganar dinero con suscripciones de alto nivel. Necesitamos pensar tanto en el propósito de las noticias como en los modelos económicos para ellas”.

 

9. Una generación crece en el pantano social

La transformación más grande y dramática en los medios durante los próximos 15 años será la llegada a la mayoría de edad de una audiencia nacida y criada en un océano de noticias e información, consumida casi en su totalidad a través de las redes sociales. Así lo sostiene Suzanne Nossel, Directora ejecutiva de PEN America y autora de “Dare to Speak: Defending Free Speech for All”.

Para Nossel, los consumidores de medios se dividirán en tres grupos. Una cohorte cada vez menor permanecerá anclada a marcas de noticias tradicionales y de confianza que conocieron a través de sus padres, educadores o por un firme apetito por información de calidad. Sin embargo, la mayoría de los estadounidenses carecerá de información, porque no tiene los medios o la energía para discernir señales significativas en medio de una cacofonía que incluye periodismo serio, redacción de opiniones, publicidad corporativa, promociones, desinformación y campañas de propaganda. Un grupo final quedará aislado en términos informativos, esclavizado por teorías de conspiración e información falsa reforzada por la fragmentación de las redes sociales.

“La clave para gestionar esta transformación es maximizar la cohorte de jóvenes anclados en fuentes de información y noticias creíbles”, dice Nossel. La autora considera que es necesario que las escuelas y universidades enseñen a los estudiantes los indicadores de la información confiable, cómo determinar la procedencia de una información y ser sus propios verificadores de hechos. “Necesitamos transformarnos para manejar los medios de información de hoy y de mañana en lugar de dejar que las formas cambiantes de información y compromiso continúen transformándonos para peor”, afirma.

 

10. Una oportunidad para un renacimiento democrático

En 2037, un conjunto mucho más diverso de personas tendrá voz y encontrará una audiencia. Lo harán innovando nuevas formas de informar y discutir noticias que apenas se parecen al periodismo tal como lo conocíamos en 2022. Algunos operarán con la norma de ser prodemocráticos en lugar de objetivos. Otros abandonarán los artículos de opinión plagados de predicciones inexactas para centrarse en superpronósticos, basándose en investigaciones para informar mejor a los usuarios. Sin embargo, otros se basarán en modelos sin fines de lucro para centrarse en investigaciones rigurosas basadas en datos. 

Este es el escenario que anticipa Heidi Tworek, catedrática de investigación de Canadá y profesora asociada de historia y políticas públicas en la Universidad de Columbia Británica. 

Para Tworek, esto representaría innovaciones en la presentación de noticias. Por eso, “para llegar allí, tendríamos que reconocer lo que no funciona actualmente en nuestro panorama de los medios y tener la valentía de duplicar el apoyo a aquellos con la fortaleza para innovar los medios más allá de un modelo estancado en el pasado”.