11 de mayo de 2021
Los tiempos de crisis son una oportunidad para analizar, reflexionar y ajustar nuestro comportamiento. Julie Hart, editora digital del periódico local Laconia Daily Sun del estado de New Hampshire en EEUU, lo ha comprobado durante los últimos años. Hace poco, Hart publicó un artículo en el sitio web del Instituto de Prensa Estadounidense en el que narra cómo varios momentos de crisis impulsaron cambios profundos dentro del tradicional periódico local.
La periodista, quien ha sido la encargada de fortalecer la presencia de la empresa en la web, compartió una serie de valiosas reflexiones especialmente útiles para todos aquellos interesados en promover conversaciones constructivas entre los miembros de una comunidad dividida.
Según cuenta Hart, la publicación de una controversial carta de un lector llevó a que el equipo editorial replanteara las pautas de su sección de opinión, establecidas hace más de 20 años. El Laconia Daily Sun tenía la filosofía de imprimir tantas cartas de lectores al editor como fuera posible. Ed Engler, uno de los fundadores de Laconia Daily Sun, primer editor y exalcalde de la ciudad, se enorgullecía de publicar casi todas las cartas que había recibido durante los 20 años de historia del periódico.
Sin embargo, esto cambió luego de que el diario publicara una carta de alguien que aspiraba a un cargo público y negaba que el Holocausto hubiera sucedido. El equipo de editores se debatió entre publicar el texto o no, pero al final decidió mantenerse fiel a su tradición. Luego de la publicación, el medio recibió todo tipo de comentarios de parte de lectores indignados y decepcionados con el hecho de que alguien tuviera esa visión, y de que el diario le ofreciera sus páginas para difundirla.
“Era una prueba dolorosa de que el compromiso de Engler de publicar tantas cartas como fuera posible ya no estaba fomentando un diálogo saludable entre los lectores, si es que alguna vez lo había hecho”, reflexiona Hart. “En nuestra comunidad cada vez más dividida, tuvimos que analizar detenidamente cómo podríamos convertirnos en parte de la solución”.
La periodista cuenta que en esa época la organización sin fines de lucro Endowment for Health se acercó al diario para explorar cómo el discurso civil impactaba la salud de la comunidad de New Hampshire. The Endowment estaba particularmente interesada en abordar cuestiones relacionadas con los prejuicios y la intolerancia. Al final, decidieron experimentar con el periodismo de soluciones, un enfoque que les permitía hablar de los conflictos locales y plantear posibles salidas.
El diario pudo contratar a un nuevo reportero cuya principal tarea era informar no solo sobre los problemas críticos de la ciudad, sino también sobre cómo otras comunidades los estaban abordando y ofreciendo soluciones.
Con el apoyo del Solutions Journalism Network, el equipo implementó un método conocido como “complicar las narrativas”, que ayuda a las personas a tener conversaciones más provechosas más allá de divisiones partidistas e ideológicas. El método implica una técnica llamada bucle, desarrollada por el Center for Understanding in Conflict. Los bucles ayudan a las personas a volver a expresar lo que están escuchando de un compañero en una conversación para demostrar una escucha activa y un entendimiento de la información, independientemente de si están de acuerdo o no.
El periódico realizó un experimento de mesa de debate virtual entre algunos de los colaboradores más frecuentes dentro de su sección de opinión. El ejercicio salió muy bien. Luego, poco a poco, los editores empezaron a reevaluar sus páginas de opinión, estableciendo pautas sobre la extensión, el tema y la frecuencia de las contribuciones. Los cambios estuvieron destinados a enfocar el contenido en temas de interés público en lugar de ataques personales a otros escritores. El periódico también publicó una política que alentaba a los colaboradores a escribir en tercera persona, en lugar de segunda persona.
“Es fácil para los escritores esconderse detrás de sus palabras en la página y escribir cosas que probablemente no dirían en persona. Es tan fácil esconderse detrás de la pantalla en las redes sociales, como vemos a menudo con los comentarios en nuestras propias páginas, y como lo demostraron dos candidatos políticos que se enfrentaron en una elección local el año pasado”, afirma Hart.
La periodista también cuenta que hoy en día no publican caricaturas políticas en sus páginas. “Estamos reservando ese espacio para una idea mejor y más amplia” dice. Y se pregunta: ¿Comentarios de Facebook que invitan a la reflexión? ¿Columnas invitadas de funcionarios electos locales, líderes cívicos y empresariales, con el objetivo de unir a las personas? ¿Un espacio punto-contrapunto donde dos escritores modelan un enfoque de respeto mutuo en el que están de acuerdo en no estar de acuerdo?
Además, están trabajando para mejorar la calidad del discurso público con una serie de paneles de discusión que abordan temas locales que generan división entre el público local. “Nuestro objetivo es modelar la importancia de escuchar y comprender las perspectivas de los demás y encontrar formas de reconstruir un diálogo saludable con aquellos con quienes no estamos de acuerdo”, explica la editora web.
Por eso, aconseja a otros medios de información que estén interesados en propiciar un diálogo constructivo entre grupos en su audiencia que cambien sus pautas editoriales, ofrezcan capacitación en bucles o dediquen su sección de opinión a problemas locales y reduzcan el contenido político nacional.
“Los cambios que hemos realizado han creado un espacio para que nuevas voces compartan sus pensamientos y valoramos el espacio que estamos fomentando para que se escuchen diferentes puntos de vista. Preferimos esto a que los miembros de nuestra comunidad opten por interactuar solo con personas que están felices de estar de acuerdo con ellos. El foro abierto permite que las personas se reúnan a través de las divisiones y, aunque sabemos que no estarán de acuerdo, al menos están expuestas a diferentes perspectivas”, cuenta Hart.
Y concluye: “vemos lo lejos que hemos llegado y, sin embargo, reconocemos que todavía tenemos más trabajo por hacer”.