Pasar al contenido principal

Entrevista: 'Fake news' alcanzaron proporciones desoladoras

Image
pexels

29 de Septiembre de 2021

18 de septiembre de 2021

A propósito de la celebración del aniversario número 60 de la Asociación Colombiana de Medios de Información, AMI, el periódico El Tiempo publicó una entrevista realizada a Werner Zitzmann, Director Ejecutivo de AMI.

El 16 de septiembre de 1961, hace 60 años, por iniciativa de Julio Hernández, gerente del periódico El Colombiano de Medellín, se creó la Asociación de Diarios Colombianos (Andiarios) para la defensa de los comunes intereses de estos medios. En la fundación participaron 28 diarios de 15 ciudades del país. EL TIEMPO se vinculó en 1976.

De cara a los nuevos retos que enfrenta la industria mediática, hace cuatro años se adelantó una reestructuración de la entidad, dando origen a la Asociación Colombiana de Medios de Información (AMI). Es así como se decide reenfocar su oferta de valor frente a la dinámica actual de la información, caracterizada por la multiplicidad de canales y formatos.
Para Werner Zitzmann, director Ejecutivo de AMI, este aniversario lo celebran con dos connotaciones particulares. Por un lado, “recordar y agradecer a quienes han guiado y abierto el camino” del sector.

Pero, además, para ratificar el compromiso, mediante la renovación de los propósitos que nos motivan para seguir valorando y valorizando la libertad de prensa, la libertad de expresión, el derecho a la información, el periodismo y la actividad periodística, como conquistas sublimes del estado de derecho y pilares de la sociedad”, anota.

El Tiempo: Remontémonos un poco en el pasado. ¿Cómo nació Andiarios?

Como el gremio de la prensa escrita, decana del periodismo en el país, antecedido de una dictadura, una junta militar y en el periodo de reconquista de la democracia en el segundo gobierno de Alberto Lleras Camargo, con el propósito de buscar sinergias, colaboración y mejores prácticas para hacer periodismo y profesionalizar la industria de los periódicos, y para unirse alrededor de la necesidad de defender la libertad de prensa a capa y espada.

ET: ¿Cómo era el entorno mediático de entonces?

Werner Zitzmann: Ya existían también la radio y la televisión, pero el liderazgo en materia informativa, editorial y política era de los periódicos. Desde esa época eran muy reconocidos los diarios nacionales y regionales por la calidad de su trabajo, su seriedad, credibilidad y compromiso con unos valores, en esa época, muy vinculados con filiaciones políticas partidistas y con filosofías políticas; con la promoción de la cultura y la intelectualidad, el debate, la discusión pública y la definición de los temas más relevantes de la agenda nacional y regional. Vivían principalmente de la publicidad que llegaba sola y era abundante, se respiraba pluralidad, competencia y había una amplia oferta informativa de distintos matices y orientaciones. Muy alertas a los riesgos de la censura por las experiencias de la década anterior, conscientes del privilegio y la necesidad de mantener activos los derechos a la libertad de expresión y el derecho a la información a través de la libertad de prensa.

ET: ¿Qué conquistas lograron los medios, al unirse como gremio en todos estos años?

WZ: Juntarse y haberse hecho conscientes de la importancia y la necesidad de dialogar, encontrar puntos de unión y causas comunes. Y eso en efecto no se lograba de la noche a la mañana por el solo hecho de vincularse a una entidad. Ha sido un proceso de décadas en el que perseveramos hoy y en el que sigue siendo mucho lo que falta por hacer. Destacaría la característica muy notoria de un gremio verdaderamente de industria, de gomosos de su oficio, interesados en hacerlo cada vez mejor, y eso sí, muy convencidos de que la unión indiscutible e inquebrantable alrededor de la libertad de prensa y la defensa de la empresas periodísticas, no tenía discusión.

ET: ¿Por qué Andiarios dio paso a AMI?

WZ: Porque Andiarios agotó su ciclo como un gremio de una plataforma de distribución del contenido como los periódicos y de gremio tradicional, reconociendo que hoy son muchas más las plataformas vigentes, digitales, radio, televisión, revistas; que lo de fondo es el periodismo, con nuevos retos ante las audiencias cambiantes en la actualidad, los desafíos para mantener la credibilidad y la relevancia, enfrentar la desinformación, las nuevas realidades sociales y un retador modelo de negocio aún por redescubrir, en un contexto en el que nuevamente la libertad de prensa, la libertad de expresión y el derecho a la información están más amenazados que nunca. Y todo como parte de una realidad mundial en un mundo particularmente polarizado y complejo. Y porque la necesidad de agremiarse para perseguir propósitos colectivos y de colaboración en una coyuntura crítica y caótica era impostergable.

ET: ¿Cuál son los objetivos o directrices que se propuso AMI, en esta nueva etapa?

WZ: Perseverar. Para hacer periodismo, para asegurar el ejercicio de esos derechos que damos por sentados y que están tan amenazados siendo extremadamente vulnerables. Buscando cohesionar, posicionar una narrativa alrededor de los valores del periodismo, de su misión y sus propósitos. Abrir espacios de reflexión, discusión respetuosa y constructiva, de búsqueda de soluciones de industria y para protegerla y orientarla en el contexto de todos esos nuevos desafíos y competidores.

ET: ¿Cómo describiría el nuevo entorno mediático de hoy?

WZ: Como el del mundo. Lleno de gente, grupos, segmentos, con infinitas frustraciones, descontentos, agresiones, polarización, incertidumbre, antiliderazgos, desinformación, confusión, diferencias, intereses; en contraste con infinitas posibilidades y oportunidades, herramientas, innovación, cambios y la necesidad de buscar puntos y causas comunes para mantener lo bueno, corregir lo malo y descubrir horizontes nobles y contribuir a marcar caminos que conduzcan a un estado de posibilidad.

“Este aniversario lo celebramos orgullosos de la resiliencia de nuestros medios y rindiendo homenaje a los periodistas que han consagrado sus vidas a la defensa de la libertad de prensa”.

ET: ¿Cómo siente que va el cambio de mentalidad hacia el negocio digital en el país?

WZ: Bien, eso ya se dio, no tiene reversa y la pandemia lo catapultó. Alrededor de eso hay visiones muy equivocadas, que por ejemplo siguen señalando a los periódicos como unos dinosaurios que inexplicablemente mantienen medios impresos. Hoy no hay una de estas casas editoriales que no sea un medio digital 24 horas al día, 7 días a la semana. Adicionalmente con una versiones impresas que siguen vigentes tanto en su formato como en lo comercial.

ET: ¿Qué tanto afectó la pandemia a los medios?

WZ: Muchísimo. La industria de los medios de información hasta el 2019 venía cayendo en sus ingresos, en promedio a una tasa del 10 % anual durante los últimos 7 u 8 años, frente a cada año anterior. Durante la pandemia llegaron a caer hasta un 90 % y en promedio en el 2020 y el 2021 la caída en los ingresos promedio ha sido hasta del 40 %. ¿Qué industria aguanta una pérdida de márgenes de semejante dimensión? Ante esto, acá es importante destacar el compromiso de los dueños de los medios con su vocación y consciencia frente a la necesidad de mantener la prestación de servicios de información para construir país, luchar contra la desinformación y servir a la ciudadanía. Con campos indiscutibles de mejora, cada uno con su perfil y orientación, lo cual habla bien de la pluralidad que se ha logrado mantener, pero con un entendimiento indiscutible de la responsabilidad que tienen en relación con la institucionalidad, el Estado de derecho, la democracia y el desarrollo económico y social.

ET: ¿Tiene cifras de cómo va esa transformación en la región?

WZ: La situación es increíblemente similar en la mayoría de países, tanto en los fenómenos en sí mismos como en las cifras. Algunos están mejor, muchos peor y esto no se limita a la región, sino que es una cuestión mundial que refleja los cambios culturales, sociales y tecnológicos de los últimos 30 años.

ET: Hace poco Google anunció que reconocerá monetariamente a los medios. ¿Qué lectura tiene de este nuevo modelo de negocio?

WZ: Es un primer avance en el reconocimiento de que el valor que los contenidos de los medios de información les agregan al ecosistema y el negocio de las plataformas exige una remuneración por parte de estas.

ET: ¿Qué tan estable esta la libertad de prensa en nuestro país?

WZ: Muy inestable, y gravemente amenazada. Y esto no solo por cuenta de sus enemigos predecibles, soslayados o expresos, sino de todos nosotros como ciudadanos, al no valorar lo que significa este privilegio y al caer en las trampas recurrentes, diarias, de la desinformación, la inmediatez, la irreflexión, la ligereza y la emocionalidad con la que nos comportamos como partes activas en la circulación y retroalimentación de contenidos, informaciones y posturas con las que se lesionan de manera grave muchos valores y principios fundamentales para la construcción de sociedad.

ET: ¿Cómo combatir este otro virus de las ‘fake news’?

WZ: Ese es un reto apabullante y bastante salido de control. Las mentiras y todo lo que hay alrededor de ellas es de la naturaleza humana, y en un mundo como el actual, en el que hay más celulares que personas, la circulación de falsedades y basura alcanzó unas proporciones desoladoras. Y a pesar de los muchos esfuerzos que se hacen todos los días en el mundo entero por menguar estos efectos, las soluciones no parecen efectivas, al menos no en el corto plazo. Es un reto de pedagogía, cultura y rescate de la bondad que haya en los seres humanos, que compite con la efectividad indiscutible de la desinformación, y las infinitas prioridades y desafíos que afronta el mundo hoy, como la pobreza, la desigualdad, una pandemia mundial, la salud en general, y en el centro de esto de la educación a través de la cual desplegar esa pedagogía. Muy complejo.

ET: ¿Cómo celebrarán este aniversario?

WZ: Con gratitud por quienes nos han permitido llegar hasta acá después de 60 años, orgullosos de la resiliencia de nuestros medios en tantas coyunturas tan críticas en la historia de Colombia, rindiendo homenaje a los cientos de personas, periodistas que han sacrificado y consagrado sus vidas a la defensa de la libertad de prensa, el derecho a la información y la libertad de expresión, y llenándonos de entusiasmo y energía para mantener la capacidad y la vocación de perseverar.