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Entrevista: La COVID-19, una oportunidad para el periodismo

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16 de Noviembre de 2020

16 de noviembre de 2020

En entrevista con la Revista Credencial, Werner Zitzmann, Director Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Medios de Información (AMI), habló sobre el impacto de la pandemia en los medios de información y las transformaciones que ésta ha motivado. “En general, la Covid-19 ha sido una gran oportunidad para el periodismo, le ha permitido retornar a su origen y razón de ser, renovando sus compromisos y su misión”, afirmó.

A continuación, lea la entrevista completa:

RC: La Asociación Colombiana de Medios de Información es producto de la evolución de Andiarios. ¿Qué originó esta trasformación?

WZ: La realidad. El periodismo empresarial es uno solo, más allá de las plataformas. Ahora congregamos no solo periódicos, también revistas, nativos digitales, radio, televisión, medios grandes, chiquitos, y el objetivo no es representar intereses de accionistas de empresas sino los valores de la actividad para garantizar su existencia como un pilar de la sociedad.


RC: Recientemente, en una columna afirmó que nunca antes, como ahora, la oferta de contenido de calidad había sido tan escasa. ¿Por qué?

WZ: El fenómeno de tantas redes sociales –cada una con una oferta infinita de fuentes de dudosa procedencia– la masividad y la inmediatez son un caldo de cultivo muy fértil para mucha basura.


RC: ¿A qué le atribuye el boom de la información falsa?

WZ: A la misma razón anterior y al interés perverso de quienes se lucran o disfrutan con la mentira. Esto sin contar con la forma como queda sembrada, que no permite saber ni rastrear el origen, y la posterior distribución que hacen millones de incautos que –incluso motivados por las mejores intenciones– replican esa información.


RC:
¿Qué pautas debería seguir una persona a la hora de evaluar la calidad de los contenidos que está consumiendo?

WZ: Preguntarse si son contenidos informativos creíbles, confiables, independientes y útiles. Además, analizar si estos le aportan algo positivo cada día.


RC: Desde el inicio de la emergencia sanitaria se estableció que el personal de los medios de comunicación es esencial y por eso se le permitió continuar salir a trabajar. ¿Cree que esta ‘calificación’ puede ayudar a la percepción que la sociedad tiene de la prensa?

WZ: Realmente esta declaración de esencial no se ha hecho ni se ha priorizado a los periodistas, ni a los reporteros ni a sus equipos de calle para las medidas de protección y la práctica de pruebas. En general, la covid-19 ha sido una gran oportunidad para el periodismo, le ha permitido retornar a su origen y razón de ser, renovando sus compromisos y su misión. Ese contagio, sí, ojalá no pase.

 


RC: La cuota publicitaria, que otrora era la base de financiación de los medios, por cuenta de la cuarentena está en sus niveles más bajos. Sin embargo, los medios no han dejado de trabajar. ¿Cómo pueden los medios superar esta situación?

WZ: Lo están superando por su compromiso con la prestación del servicio de la información, porque son conscientes de lo indispensables y relevantes que son. Pero se está haciendo con grandes esfuerzos y sacrificios, por eso necesitamos ingresos, tanto de las audiencias como de los anunciantes. Además, también es necesario continuar apostándoles a los procesos de evolución, transformación e innovación.


RC: Una de las opciones que han explorado los grandes medios internacionales ha sido el cobro por contenidos. No obstante, en el imaginario popular sigue calando la idea de que la información, al menos en televisión, radio e internet, debe ser gratuita. ¿Cómo superar esto?

WZ: Ese es uno de los desafíos. El contenido pago tiene que ser distinto, especial, debe generar un valor adicional para que la gente esté dispuesta a pagar por él, bien sea en forma de suscripciones –lo cual es muy de la naturaleza de los productos especializados– o en forma de contribuciones –que es la mejor forma de reconocimiento a la calidad de la información en general–. Pero alrededor de esto hay demasiadas variables, culturales, económicas, que no lo hacen fácil.


RC: ¿Y qué pueden hacer los medios impresos, que siempre han cobrado por sus suscripciones, ante esta idea generalizada de información gratuita?

WZ: Seguir cobrando, como lo siguen haciendo. Cada vez más, los medios impresos son considerados un producto de nicho y seguramente se irán haciendo más exclusivos e, incluso, costosos. Pero lo cierto es que, por el momento, hasta el New York Times vive mayoritariamente de su producto impreso, de su circulación y de su pauta. El proceso de evolucionar a un medio solamente digital, tal y como se ha anunciado desde hace 25 años, ha tomado mucho más tiempo del que se pronosticaba y, seguramente, se seguirá tomando más. En el mundo de hoy todo cambia muy rápidamente y, así como se imponen tendencias, de la misma manera estas se echan para atrás. Por eso, nadie puede anticipar con tanta claridad los ‘cuándos’
ni los ‘cómos’.


RC: ¿Y cuáles son los desafíos que deberán afrontar los medios impresos?

WZ: Creo que los grandes desafíos son los del periodismo: la verdad, el equilibrio, la independencia, la credibilidad y la utilidad.

 

RC: Algunos medios han optado por el recorte de personal y gastos de producción para sobrevivir, ¿cree que esta fórmula es acertada?

WZ: No es acertada ni desacertada, es inevitable. Cuando los costos superan a los ingresos hay que recortar.


RC: Sin embargo, producir contenido novedoso, veraz y de calidad requiere de inversiones importantes tanto en talento humano como en tecnología y desplazamientos. ¿Cómo encontrar un equilibrio entre las finanzas y la calidad?

WZ: Si algo nos han enseñado los procesos de transformación cultural de las industrias tradicionales es que menos es más, y que la calidad y la eficiencia no se miden en número de gente. Los retos en esta materia están en el talento, en la versatilidad, en la convergencia, en el foco y en la especialización. Para reinventarse hay que achicarse, experimentar, dimensionarse con sentido de realidad y, si los resultados lo permiten, volver a crecer.

RC: La pandemia ha obligado a muchos periodistas, de todos los formatos, a trabajar en casa. ¿Qué debería aprender el negocio de estos días de cuarentena?

WZ: Tantas cosas. Yo no creo en determinismos, tampoco en que el mundo en el que vivíamos –y que no alcanzábamos a entender– ahora cambió ni en que haya quienes sepan cómo cambió y cómo va a ser. Ya veremos. Pero se está demostrando que experimentos –que ya se estaban adelantando en algunos medios– como el teletrabajo y la austeridad en el empleo de recursos e infraestructuras costosas sí funcionan y que a industrias con necesidad de reducir sus gastos, como esta, le pueden servir. En todo caso, y sobre todo en materia de comunicación, el aislamiento y el ensimismamiento pueden ser negativos. Tampoco puede pensarse en un trabajo de creación colectiva sin interacción. Por esta razón, en este punto será necesario ser asertivos en el uso de herramientas tecnológicas y de espacios de encuentro, por lo que los mayores retos estarán en el liderazgo y en los principios y valores que inspiren la actividad.

RC: ¿Cómo ha variado el consumo de la información en la era digital?

WZ: Se ha disparado. Esa es la razón por la que hay tanta demanda y tanta oferta, sin embargo, falta mucha alfabetización mediática. Las audiencias de hoy tienen una gran responsabilidad frente a lo que consumen, consultan y citan, y esa es una tarea de la que hay que ocuparse con urgencia.

RC: ¿Qué factores debe tener en cuenta un medio de comunicación para poder adaptarse a los nuevos hábitos de consumo?

WZ: Eso es dificilísimo. Es como el descubrimiento, la conquista, la colonia, la independencia y la república de un nuevo mundo, todo al tiempo, y – además– con ese nuevo mundo mutando mientras se va dando el proceso. Me parece que lo más complejo es la hipersegmentación de audiencias. ¿Cómo conocerlas? y ¿cómo hablarles en su lenguaje a públicos tan variados, a ‘generaciones’ que se llevan poquísimos años unas de otras y que van cambiando de generación en el entretanto?

RC: ¿Cuál será el mayor impacto que tendrá la covid-19 en los medios de comunicación?

WZ: El impacto de haberle reanimado su vocación. De exigir la renovación de sus valores y de haber puesto de manifiesto que su misión es indispensable para vivir en sociedad.

RC: ¿Cómo cree que deberían ser y funcionar los medios de comunicación en la normalidad tras la pandemia?

WZ: De la misma manera que durante la pandemia de la covid-19, eso sí sin enfermos, muertos ni cuarentenas forzosas, y con ingresos.