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La tecnología avanza a un ritmo exponencial: ¿qué hacer?

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pexels

08 de Febrero de 2022

8 de febrero de 2022

La tecnología está avanzando demasiado rápido. Tanto, que las instituciones encargadas de regularla no alcanzan a mantener el ritmo. La sociedad está mareada. Esta es la idea central que expone el analista tecnológico, inversionista y empresario Azeem Azhar en su libro “La era exponencial: cómo la aceleración de la tecnología está transformando los negocios, la política y la sociedad”, publicado en septiembre del año pasado. 

Para Azhar, la tecnología no solo está avanzando rápido, sino que lo está haciendo a un ritmo exponencial. Esto está generando una brecha entre los avances tecnológicos y la capacidad regulatoria de los países. Esa “brecha exponencial”, como la llama Azhar, impide que los avances tecnológicos beneficien a la sociedad en su conjunto. 

En una entrevista publicada en el boletín diario por correo electrónico que cubre las últimas noticias desde Wall Street hasta Silicon Valley Morning Brew, Dan McCarthy lleva a que el autor explique más acerca de esa brecha entre la tasa de cambio tecnológico y la capacidad regulatoria para luego concluir que debemos cerrar estos espacios para que estos avances tecnológicos beneficien a toda la sociedad.

Azhar le explica al experto de Morning Brew que en el centro de su teoría sobre el crecimiento exponencial de la tecnología está una ley llamada la Ley de Wright. Según esta, aprendemos haciendo, y mejoramos cada vez más en la medida en que practicamos. “Duplicas la cantidad de producción y el costo por unidad disminuye porque te vuelves más inteligente al hacerlo”, ilustra. 

Para Azhar esta teoría es aplicable a varios tipos de tecnología y es la razón por la cual se han acelerado los descubrimientos tecnológicos. Esta ley es aplicable, afirma Azhar, especialmente a aquellas cuatro tecnologías que definirán las próximas décadas: computación, energías renovables, fabricación aditiva y biotecnología.

Ahora, sobre la brecha que se genera entre la sociedad y el avance de las tecnologías, el autor destaca que es necesario establecer un diálogo sincero entre los reguladores y formuladores de políticas públicas y el sector tecnológico. Esto, pues considera que los primeros “pueden ser muy, muy lentos en sus movimientos, y pueden estar utilizando precedentes y marcos antiguos para pensar”. 

Por eso, sostiene Azhar, “si cambiamos un poco el diálogo en torno a eso, podemos tener nuestro pastel y comérnoslo: podemos tener la innovación, podemos tener el compromiso con la sociedad, podemos tener esta idea de progreso y esta idea de cosas que son adecuadas para las comunidades que los necesitan. Pero tener una conversación mucho más auténtica es importante”.

El autor del libro lanza una advertencia al final de la entrevista: “creo que si no cierras la brecha”, dice, “creas importantes desequilibrios de poder en la sociedad, lo que resultará en fricción y volatilidad, ya porque los ataques cibernéticos aumentarán y viviremos en un mundo inseguro, o porque las grandes empresas acumularán demasiado poder para determinar los estándares de empleo y el manejo de las industrias. Y eso se notará en la manera de hacer política”.