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Reconstruir la confianza desde el periodismo local

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Fuente: Freepik

13 de Octubre de 2025

En un artículo para el Reuters Institute, Jazmín Acuña reflexiona sobre el papel del periodismo en un momento de transformación profunda y propone un modelo para redefinir su propósito en la era de la inteligencia artificial: el Periodismo Centrado en el Cambio. Según la autora, esta visión busca superar la crisis de relevancia y confianza que enfrentan los medios de información, pasando de un enfoque basado en la producción de contenido a uno guiado por el impacto y el servicio a las comunidades.

Una crisis que exige propósito, no solo contenido

De acuerdo con Acuña, a la crisis que vive hoy el periodismo no puede responderse con la idea de que su valor es “intrínseco”. Esa mentalidad, señala, puede estar prolongando los problemas de confianza y relevancia, porque mantiene la atención en producir más contenido o en adaptarlo a las tendencias del momento, en lugar de enfocarse en su sentido y utilidad social.

Como ejemplo, menciona el informe Tendencias y Predicciones del Reuters Institute, que muestra tanto la caída en las referencias y los cambios en los hábitos de consumo de las audiencias, como el interés de los líderes de medios de información por invertir en la personalización de noticias, en nuevos formatos de video o en proyectos de audio.

Aunque reconoce el valor de estos esfuerzos, Acuña sostiene que serán insuficientes si el periodismo no define una misión más clara. A su juicio, una de las razones que mantiene viva la vocación periodística es el deseo de servir y generar cambios reales.

Periodismo centrado en el cambio vs. centrado en el contenido

Para desarrollar esta idea, la autora propone un marco que diferencia un modelo impulsado por el contenido de otro guiado por una misión transformadora: el Periodismo Centrado en el Cambio (Change-Centric Journalism).

Este enfoque introduce una intención clara en el trabajo periodístico. Está orientado a generar un impacto positivo en la vida de las personas mediante una cobertura basada en el cuidado, la empatía y la participación activa con las comunidades. En esencia, busca crear experiencias colectivas alrededor de la información que fortalezcan la vida pública y la democracia.

El cambio como misión, una mirada desde el Sur Global

Acuña explica que esta propuesta se inspira en investigaciones sobre medios de información y en el trabajo de periodistas dedicados al impacto social. También retoma ideas del periodismo de soluciones, aunque su origen principal está en su experiencia como cofundadora y directora editorial de El Surtidor, un medio digital de Paraguay.

Según la autora, esta perspectiva surge del Sur Global, donde el periodismo ha sido clave en los procesos de democratización, justicia social y desarrollo. No se trata solo de una teoría, sino de una práctica que tiene antecedentes y sigue presente en medios digitales que combinan innovación con compromiso cívico.

Lo que diferencia a estas redacciones, afirma, es su participación activa en el bienestar de las personas y comunidades. En el Periodismo Centrado en el Cambio, publicar una historia no es el punto final, sino el punto de partida. Los medios definen con claridad el tipo de impacto que quieren generar, ya sea combatir estereotipos, mejorar la calidad de vida en las ciudades, promover la justicia o fortalecer la acción ciudadana.

La Memetodología, cómo El Surtidor diseña el impacto

En el caso de El Surtidor, Acuña describe una metodología propia desarrollada por su equipo: La Memetodología, un conjunto de conceptos y herramientas que, al aplicarse de manera integrada, aumentan las posibilidades de lograr impacto. Este enfoque es clave para poner en práctica el lema del medio: información para la acción en la era digital.

La Memetodología combina ideas del diseño ágil, el pensamiento de producto y la teoría de los memes en internet, especialmente los estudios de AX Mina sobre cómo los memes pueden impulsar movimientos sociales.

Una de las herramientas centrales es un conjunto de preguntas guía que orientan las conversaciones en la redacción y ayudan a planificar el impacto de cada historia. A partir de esas respuestas, el equipo crea un mapa de impacto, que parte de los hallazgos periodísticos y termina en una visión amplia del cambio que se busca promover.

El mapa también identifica a los actores clave que deberían involucrarse con los hallazgos y define los resultados esperados de esa interacción. Una base de datos con contactos de académicos, periodistas, organizaciones civiles, grupos de incidencia, empresas y funcionarios públicos facilita el trabajo de vinculación.

El Surtidor utiliza además un rastreador de impacto para documentar los resultados. Estos pueden ser de corto o mediano plazo, como mayor conciencia pública, amplificación del mensaje o movilización comunitaria. Los impactos más profundos o sistémicos suelen involucrar a quienes toman decisiones e implican cambios concretos, como comisiones investigativas, audiencias de rendición de cuentas, reformas o nuevas normas.

Acuña subraya que no hay atajos para este tipo de trabajo. El impacto requiere planificación, procesos y herramientas. La inteligencia artificial puede ayudar a simplificar algunas tareas, pero no sustituye la cultura de impacto que deben construir las redacciones. En palabras de Lindsay Green-Barber, fundadora de Impact Architects, los medios que logran resultados sostenibles “no solo crean un rastreador y esperan que resuelva todo, cultivan una cultura del impacto, y esa cultura empieza con una misión clara”.

Recuperar el valor del periodismo más allá de los algoritmos

Otra dimensión fundamental del Periodismo Centrado en el Cambio es la relación entre los medios y sus audiencias. Acuña plantea que el eje de esta relación debe ser la interacción con propósito, más que el crecimiento de la audiencia por sí mismo.

El objetivo no es hablarle a todo el mundo, sino construir vínculos sólidos con grupos específicos para servirlos mejor. Así, los medios pueden desarrollar productos más útiles, aumentar el impacto de su trabajo y construir una comunidad de apoyo leal, al tiempo que responden a nuevas expectativas de las audiencias como el reconocimiento, la participación y el diálogo.

En la misma línea, Acuña sostiene que el cuidado, tanto como el rigor y la equidad, es esencial para reconstruir la confianza del público. La periodista Catarina Carvalho, de Mensagem de Lisboa, resume este espíritu: “No te ves solo como periodista, sino como vecina y miembro de la comunidad”. 

De forma similar, Izabela Moi y su Agência Mural en Brasil concretan su misión de hacer periodismo local para comunidades de São Paulo con un equipo formado completamente por residentes de esos barrios.

Según Acuña, este modelo permite que los medios vayan más allá del papel informativo tradicional y ofrezcan experiencias que construyan lo que el teórico James W. Carey llamaba una cultura común.

La autora también recupera las conclusiones de la periodista Natalia Viana, quien al estudiar las tácticas de desinformación del expresidente Jair Bolsonaro, observó que las fake news “permiten a las personas participar en la democracia”. Viana advertía que las redes de desinformación fomentan la participación mientras el periodismo sigue operando de manera unilateral.

Acuña considera que la fragmentación y polarización del entorno digital no se resolverán con más contenido personalizado, sino con conexiones personales. Retoma el concepto de espacios de información, lugares donde las personas se reúnen, comparten, crean redes y dan sentido a la información. Una cafetería puede ser uno de esos espacios, como demostraron Rohman y Pang en un estudio sobre resolución de conflictos en Indonesia, y los medios podrían cumplir una función similar.

Algunos ya lo hacen a través de cafés, casas del periodismo como Publix en Berlín, eventos de narración o mingas informativas, redes colaborativas de activismo en América Latina. Reunir a las personas fuera de los algoritmos, señala Acuña, tiene beneficios tanto sociales como económicos.

Finalmente, la autora concluye que las prácticas y valores del Periodismo Centrado en el Cambio son más adecuadas para enfrentar los desafíos actuales, desde la inteligencia artificial y la desinformación hasta los ataques populistas al periodismo. Según Acuña, este modelo no solo responde a las demandas del presente, sino que ofrece una forma más sostenible, humana y con propósito de hacer periodismo en el futuro.

Quienes deseen conocer más sobre el proyecto pueden acceder al documento completo en inglés o español o visitar el sitio web de Jazmín Acuña para informarse sobre próximos encuentros e iniciativas.

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