Un bien invaluable

En una columna para WAN-IFRA, escrita bajo la conmemoración del Día Mundial de las Noticias, celebrado el 28 de septiembre, Marcelo Rech, Presidente de la  Asociación Brasileña de Periódicos, reflexionó sobre el valor del periodismo. En su análisis, destaca la importancia de defender un ecosistema informativo más ético y equilibrado, y plantea la urgencia de que las grandes plataformas tecnológicas asuman la responsabilidad de apoyar al periodismo profesional, clave para preservar la verdad y combatir la creciente "contaminación social" en el entorno digital:

¿Te has detenido a pensar por qué ciertos contenidos, ya sean periodísticos o de entretenimiento, captan tu atención? ¿Qué logra retenerla? ¿Qué la desvía? ¿Cuándo te enganchas o desconectas de un contenido? ¿Y qué motiva esas decisiones?

Estas preguntas giran en torno a uno de los bienes más valiosos de nuestro tiempo: el tiempo mismo. La tecnología puede avanzar sin límites, con inteligencia artificial, 5G, resoluciones de 8k o velocidades de 1000 Mbps de internet, pero hay una realidad inmutable: los días solo tienen 24 horas, y ese tiempo no se puede estirar sin comprometer nuestra salud. Por ello, es lógico pensar que este recurso tan valioso se invierte en aquello que le aporta valor a nuestra vida y, en consecuencia, transforma positivamente la sociedad.

Estas reflexiones se han vuelto esenciales para entender el tipo de vida que llevaremos de aquí en adelante. Ya no es solo la separación entre verdad y mentira, entre realidad y ficción, lo que marcará el curso de este siglo, sino lo que esas distinciones significan en términos prácticos: elegir entre democracias o autocracias, populismo o transparencia, estabilidad o caos social.

"El periodismo no es la solución a todos los problemas de nuestra época, pero imagina por un momento un mundo sin él."

¿Quién desenmascararía rumores y hechos? ¿Cómo podrías confiar en algo o en alguna institución sin la credibilidad que brindan las coberturas periodísticas serias e independientes?¿Quién alertaría sobre una nueva estafa digital en la que las personas pierden sus ahorros? ¿Quién investigaría los actos de corrupción y otros crímenes cuando los organismos estatales son ineficaces o negligentes? ¿Quién pondría sobre la mesa los peligros que suponen las grandes tecnológicas y las redes sociales para nuestra estabilidad emocional, política y económica? ¿Y quién, finalmente, se atrevería a exponer el poder de los autócratas corruptos y la amenaza que representan para las democracias?

Debemos preguntarnos constantemente cómo empleamos nuestro tiempo al informarnos, ya sea para evitar quedarnos atrapados en las plataformas digitales o para no desperdiciar nuestra curiosidad en contenidos triviales y sin sentido.

El periodismo independiente no está exento de problemas, empezando por su propia sostenibilidad. Salvo algunas excepciones, la mayoría de los medios serios sobreviven con un modelo de negocio que se ve afectado por la asimetría regulatoria frente a las plataformas tecnológicas.

"Ninguna organización puede mantenerse si renuncia a la ética o hace flexible su concepto de veracidad y responsabilidad en la difusión de información, como lo permiten las grandes tecnológicas."

Podemos hacer una analogía entre las grandes tecnológicas y el cambio climático: al igual que el calentamiento global, las plataformas digitales generan un tipo de contaminación social que afecta la salud mental y la estabilidad del planeta. Por lo tanto, sería justo que estas plataformas pagaran una "tasa de apoyo" al periodismo profesional, que se encarga de limpiar gran parte de esa contaminación social. La lógica es sencilla: quien contamina el ecosistema debe pagar, al menos en parte, a quienes se dedican a limpiarlo.

En lugar de dejarnos arrastrar por falsas creencias, charlatanes y estafadores que se han aprovechado de los vacíos que deja el mundo de los algoritmos, esta podría ser la mayor contribución de las grandes tecnológicas para el futuro del planeta: evitar que la humanidad siga avanzando hacia el abismo mediante la financiación de un periodismo independiente, diverso y sólido.