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¿Quién protegerá la libertad de expresión ante la creciente censura en línea?

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Fuente: Freepik

23 de Septiembre de 2024

Según un artículo publicado en la sección anónima Leaders de The Economist, “la libre expresión se ha convertido en una guerra cultural, y quienes deberían defenderla permanecen en silencio”. El texto respalda esta afirmación con varios ejemplos: en Brasil, los jueces han bloqueado X, una de las redes sociales más usadas del país. En Francia, los fiscales han restringido los movimientos del director de Telegram mientras investigan la plataforma. En el Reino Unido, algunos usuarios de redes sociales han terminado en prisión por mensajes que publicaron durante los disturbios recientes. Y en Estados Unidos, están pensando en prohibir TikTok, la popular aplicación china. A medida que los gobiernos aplican más restricciones a lo que se puede decir en línea, los debates sobre la libertad de expresión están ganando fuerza.

El artículo argumenta que, “en algunos casos, la represión está justificada”. Por ejemplo, el caso de Francia contra Telegram, una app rusa que tiene un 50% más de usuarios que X en todo el mundo, se centra en el control de contenido ilegal. Con solo unos 50 empleados, Telegram ha sido conocida como un lugar donde se comparten materiales ilícitos como abuso infantil y drogas. Aunque Telegram ha calificado las acusaciones de "absurdas" y asegura que sigue las normativas europeas, The Economist señala que “cualquiera que sea el resultado de la investigación, al menos está atacando algo ilegal”.

El texto también defiende la posibilidad de que Estados Unidos prohíba TikTok, calificando la medida como razonable. La aplicación, usada por más de mil millones de personas, ha revolucionado el mercado. Pero el hecho de que la empresa matriz esté en China es preocupante, ya que podría estar sujeta a la manipulación del Partido Comunista Chino. Esto es especialmente delicado, dado que muchos usuarios ven TikTok como una fuente de noticias. Si la empresa no logra romper sus lazos con Pekín, prohibir la aplicación sería una medida comprensible para proteger la seguridad informativa.

Sin embargo, el artículo critica otros casos de censura que consideran injustificados. En Brasil, X fue prohibido por no acatar órdenes judiciales que exigían eliminar varias cuentas, incluidas las de miembros del Congreso. Los usuarios que intentan acceder a la plataforma enfrentan multas exorbitantes. En India, Emiratos Árabes Unidos y otros países, se está intentando debilitar el cifrado, y en Malasia, se exige que las publicaciones sobre religión sean aprobadas por el gobierno.

En las democracias ricas, la censura también está en aumento. La Unión Europea investiga a X por promover desinformación y racismo, fenómenos que, aunque graves, no deberían estar sujetos a la regulación legal. En el Reino Unido, encarcelar a quienes incitan a la violencia tiene sentido, pero cuando se condenó a una persona por un tuit considerado "gravemente ofensivo", el artículo lo ve como un exceso. Incluso en Estados Unidos, Facebook ha acusado a la Casa Blanca de presionarlo para eliminar sátiras sobre el covid-19.

Para The Economist, los debates sobre el discurso y la ley son tan antiguos como la imprenta. La postura de la publicación es clara: solo con la libertad de equivocarse, las sociedades avanzan hacia lo correcto, aunque sea lentamente. Lo que ha cambiado ahora es que los mayores críticos de la represión de la libertad de expresión son figuras de la derecha, como Elon Musk, mientras que muchos liberales parecen aplaudir lo que consideran un ataque contra los multimillonarios que apoyan a Trump. A medida que la libertad de expresión se convierte en un tema de la guerra cultural, quienes no están de acuerdo con Musk y sus aliados han adoptado una actitud pasiva frente a estas restricciones.

El artículo advierte que “es hora de despertar”. Las restricciones a lo que se puede decir en las plataformas en línea no afectan solo a los dueños multimillonarios, sino a todos los usuarios. Además, no se puede confiar en “libertarios de ocasión” como Musk para defender la libertad de expresión, ya que él mismo demanda a quienes lo critican, prohíbe palabras que no le agradan en su plataforma y tiene una relación cercana con figuras como Vladimir Putin, conocido por su control extremo del discurso público. El texto concluye que es momento de que los verdaderos defensores de la libertad de expresión se pronuncien y la protejan.

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